proyecto sanctus II
san Ramón nonato
diversos materiales
185x80x 60cm
san Jeronimo
óleo sobre lona
150x100cm
angelito
diversos materiales
25x30x20cm
san Sebastian
bolígrafo sobre lona
150x100cm
santa Barbara
óleo y acrílico sobre tabla
150x100cm
san Antonio abad
óleo sobre tabla
162x114cm
javier
óleo sobre tabla con tarlatana
114x60cm
san Bernardo
óleo sobre tabla con tarlatana
114x65cm
juan
óleo sobre tabla con tarlatana
82x50cm
mario
óleo sobre tabla con tarlatana
114x54cm
cabeza de san Juan bautista
óleo sobre tabla con tarlatana
100cm de diametro
texto de la exposición
"Una sospecha parece ir encontrando confirmación: poco a poco, pero de un modo inequívoco e irresistible, el arte de este siglo se ha ido convirtiendo en apropiación y comentario, de si mismo o de algo muy anterior. El imperativo de la novedad ha dado paso al de la referencia ...; la tradición vuelve a convertirse así en una garantía, en un refugio, en un soporte y en una vía de conocimiento."
Jordi Ibañez
Después de la decapitación del Arte.
Diego Arenales es un artista que opera en la tarea de intentar refundar una nueva mitología; un comentario irónico de la vida contemporánea que se construye sobre los artefactos huecos de la imaginería religiosa, huecos porque solo son recipientes, fragmentos de una tradición retórica, ritual y simbólica, espejos de la escisión entre un pasado que ya sólo es sueño y un presente que juguetea con la redención y la improbabilidad del futuro.
Diego, explora en el sentido de estos símbolos, pero en su época que es, sin embargo, una época sin símbolos, trabaja en una especie de sin nada, en un aparente sin sentido que no le permite hacer alarde de potencia o de impotencia, pero por paradójico que parezca la sarcástica duda en la que se sustenta su tesis es profundamente artística, porque ella misma es ya procedimiento.
Nietzsche en su Ecce Homo dice: [Todo lo que se piensa, escribe, pinta y compone, y aún todo lo que se construye y plasma, pertenece o al arte monológico o al arte ante testigos. Dentro de éste último hay que contar también aquel aparente arte monológico, que encierra en si la fe en Dios, toda la lírica de las oraciones, pues para un piadoso no existe la soledad, este descubrimiento lo hemos hecho sólo nosotros, los ateos. Yo no conozco diferencia más fundamental de la óptica total de un artista que ésta: si mira por los ojos del testigo hacia su obra de arte en formación (hacia “sí”), o si ha “olvidado el mundo”, como en lo esencial de todo arte monológico, el cual descansa en el olvido, es la música del olvido].
Arenales propone en su obra un reordenamiento de los términos de Nietzsche, donde él, en la soledad piadosa del testigo contempla la reificación de la que en su día fue una obra de arte total, sobre la difusa escenografía de un mundo que reinventa su memoria como una música olvidada.
Fernando Vázquez Mourelo.
Pintor y Profesor de la Facultad de
Bellas Artes de Salamanca.